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¿Es posible mantenerse en forma sin seguir un plan de entrenamiento?

Foto del escritor: Fer RodriguezFer Rodriguez
Los planes de entrenamiento físico y el ejercicio son algo relativamente nuevo en la evolución humana y, sin embargo, las tasas de sobrepeso en la población se han disparado desde entonces. Descubre cuál era el entrenamiento más eficaz para estar en forma que practicaba la mayoría de la gente antes de que comenzara la revolución del fitness.


La gran mayoría de la gente tiene hoy en día agendas ocupadas tanto a nivel personal como profesional. Las responsabilidades laborales y familiares ocupan gran parte de nuestro tiempo. Nuestros días están llenos de obligaciones que nos dejan poco espacio para disfrutar.


Además, en la sociedad actual recientemente hemos creado nuevas "obligaciones" que antes no teníamos. Como los planes de entrenamiento. La obsesión por un cuerpo perfecto en la sociedad actual ha convertido lo que debería ser una actividad para disfrutar y desconectar en una obligación más en nuestras apretadas agendas.


Rutinariamente, seguimos planes de entrenamiento repetitivos y obsesivos con alcanzar un objetivo definido, sin darnos cuenta de que, en caso de no alcanzar el objetivo, nos sentiremos fracasados y derrotados. Todo lo contrario a lo que deberían hacernos sentir las actividades físicas: desconectar, disfrutar, y socializar.


Para estar en forma y saludables no necesitamos un plan de fitness con 3-4 entrenamientos por semana mientras el resto del tiempo estamos sentados trabajando en la oficina, yendo al trabajo en el coche o descansando en el sofá. Basta con volver a nuestra esencia como ser humano, es decir, movernos más a lo largo del día.

"Nuestro cuerpo está diseñado para estar en constante movimiento y, sin embargo, hemos construido un ambiente tóxico donde somos sedentarios la mayor parte del tiempo"

La revolución tecnológica creó un mundo donde las máquinas hacen el trabajo que solían hacer nuestros músculos y nuestros cuerpos aún no están adaptados a este cambio. Todas las enfermedades no congénitas que hoy nos están matando tienen su origen, además de en nuestra alimentación, en este ambiente tóxico y sedentario en el que vivimos. Incluso algún estudio ha demostrado que incluso la gente que sigue planes de entrenamiento, pero no se mueve lo suficiente a lo largo del día, tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades mortales y demencia. Puedes leer un resumen del estudio aquí (en inglés)


Desafiar este ambiente tóxico moviéndonos más en nuestra vida diaria es la clave para estar en forma y, por lo tanto, mantenernos saludables. Este "ejercicio" estaba muy extendido antes de la revolución tecnológica, y era la forma más eficaz de perder peso y mantener una buena salud sin necesidad de seguir planes de entrenamiento. Era un estilo de vida en el que moverse a lo largo del día era la norma y era muy eficiente, ya que las tasas de personas con sobrepeso eran muy bajas en comparación con las actuales.


Hay que diferenciar entre estar sano y en forma, de seguir un plan de entrenamiento para conseguir una imagen corporal concreta y atractiva. La sociedad actual vende una forma corporal concreta, y muchos siguen un plan de entrenamiento para intentar conseguirla. Pero nuestro cuerpo puede estar en forma y sano, independientemente de la estética. Una cosa es la salud y otra la estética.


Me resulta irónico ver a personas en la oficina que han estado sentadas todo el día y que al final del día se levantan con su bolsa de gimnasia y se dirigen hacia el ascensor en lugar de hacia las escaleras.


No estoy en contra de los planes de entrenamiento, siempre y cuando no nos lleven a una espiral de agenda estresante, y obsesión por la imagen.

“Debemos recuperar el sentido común y volver a nuestros orígenes, incorporando el movimiento a nuestra vida de forma natural, modificando nuestras rutinas, como base de un cuerpo en forma y una vida saludable”

Hemos creado un mundo sedentario que amenaza nuestra salud y para solucionarlo, en lugar de pasar a una vida menos sedentaria, hemos añadido una nueva tarea a nuestra agenda ya demasiado ocupada, haciéndonos vivir permanentemente en una vida estresante.


Si además no conseguimos los objetivos estéticos de nuestro plan de entrenamiento, nos sentiremos mal con nosotros mismos. E incluso si los conseguimos, o nos marcaremos uno nuevo, o volveremos al sedentarismo total hasta volver a empezar.


Algunos científicos e investigadores ya advierten sobre este problema. Basados en evidencia científica, están ayudando a las ciudades a crear nuevos entornos que alienten a los residentes a moverse más para realizar sus tareas diarias. Un buen ejemplo es el proyecto Zonas Azules , que rediseña las ciudades favoreciendo estos entornos.


Incluso los entrenadores físicos están cambiando a planes de entrenamiento centrados en movimientos funcionales y de alta intensidad en lugar de tablas de ejercicios específicos para músculos, que están quedando obsoletas.


La tecnología ha cambiado nuestras vidas, y en muchos casos para mejor. Pero necesitamos concienciar más a la gente sobre los riesgos que conlleva su uso indebido, como hemos hecho con el tabaco y el alcohol. Los formuladores de políticas, por ejemplo, podrían obligar a las empresas a incluir los términos "sedentario" o "riesgo de enfermedad crónica" en el nombre o en el empaque de los productos tecnológicos.

"De esta manera, tendríamos en las tiendas patinetes eléctricos "sedentarios" o videoconsolas en los que se puede leer "riesgo potencial de desarrollar enfermedades crónicas" en el embalaje".

Los programas educativos en las escuelas también ayudarían mucho a cambiar nuestro estilo de vida, enseñando a los niños la importancia de incorporar el movimiento a nuestro día a día como base para una buena salud y una buena forma física.

Las actividades deportivas deben ser un extra que nos proporcione alegría y socialización, no estrés y obligación.

El primer cambio, sin embargo, es individual. No podemos esperar a que los políticos escuchen a los científicos y nos ayuden a salir de esta situación. Desafortunadamente, hay demasiadas industrias con fuertes intereses en que esto no suceda, que también desempeñan su papel.


Debemos cambiar nuestras rutinas para hacerlas más dinámicas, haciendo más descansos para caminar, saltar o respirar. Aprovechando, por ejemplo, nuestras esperas en la cocina o la oficina para mover nuestro propio peso corporal, con algunos movimientos funcionales como sentadillas o flexiones.


Todo suma, sin importar cuanto tiempo nos movemos cada vez. Las últimas investigaciones han confirmado que cada momento de movimiento moderado cuenta como tiempo de ejercicio, incluso el tiempo que dedicamos a las tareas del hogar. Lea la investigación aquí (en inglés)


Debemos, por tanto, intentar ser más creativos a la hora de incorporar más movimiento a nuestras rutinas o añadir más resistencia a nuestro movimiento normal como caminar. ¿Has probado el power walking con el cochecito de bebé? ¿O por qué no intentar caminar como un chimpancé cuando se desplaza dentro de la oficina o el hogar? Simplemente, inclina las caderas hacia atrás y dobla ligeramente las rodillas al caminar. ¡¡Es muy divertido y un buen entrenamiento de fuerza!!



Para empezar a actuar, la próxima vez que entres en un edificio busca la escalera en lugar del ascensor. Luego, repítelo cada vez que entres a un edificio, hasta que se convierta en un hábito en tu vida. Luego agrega más de estos hábitos a tu vida diaria. Tu salud mejorará drásticamente sin invertir tiempo.


¿Qué otras ideas tienes para añadir más movimiento en tus rutinas diarias? ¡Añádelas abajo en los comentarios!



 
 
 

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