
Mi viaje de salud personal
Hola soy Fernando.
Nací en España, donde pasé la primera mitad de mi vida. Me gradué en Marketing y comunicación y trabajé en la industria de la publicidad digital en Madrid. Mientras tanto, también me casé y tuve hijos.
Yo era joven y enérgico, pero vivía acelerado. Trabajar en un exigente trabajo de oficina y cuidar a los niños sin el apoyo de la familia era estresante.
Entonces, cuando cumplí 34 años, desafié toda mi vida y me mudé al extranjero con toda la familia. Mi viaje había comenzado.
Siempre me gustaron los deportes, pero no fue hasta la etapa universitaria cuando comencé a correr con regularidad, cuando tenía más tiempo para mí. Luego me gradué, me mudé a Madrid y comencé a trabajar, así que dejé de correr y hacer ejercicio por completo. A los 24 años volví a ser totalmente sedentario.
Cuando cumplí los 30 comencé a correr nuevamente de manera constante. Encontrar el tiempo para ello fue el desafío. Ya tenía una familia y un trabajo exigente. Así que normalmente tenía que salir a correr tarde por la noche o temprano antes del amanecer. Fue estresante encontrar tiempo para todo. Era víctima de la sociedad perfeccionista donde tienes que parecer perfecto en todo.
En ese momento yo me consideraba sano: corredor, no fumador, bebedor muy ocasional. Pero vivía con prisa y ocupado todo el día entre el trabajo y las responsabilidades familiares. Primero a la oficina por la mañana y luego llegando a casa tarde por la noche, cuidando a los niños y encontrando tiempo para correr.
Pero estaba a punto de aprender que la salud es mucho más que comer sano y hacer ejercicio regularmente, y que realmente estaba bastante lejos de ser una persona con buena salud.
Tenía alrededor de 30 años cuando comenzó mi verdadero viaje hacia una vida saludable después de un episodio de dolor en la parte baja del abdomen.
Como suele pasar con temas relacionados con el estrés, después de bajar el ritmo, fue cuando me sentí realmente mal. Inmediatamente después de dejar mi trabajo en España y mudarme a Suecia, comencé a sentir dolor y malestar en el abdomen.
Había sufrido de estreñimiento crónico durante décadas. Al principio empezó de forma inocente. Cuando era niño, nunca quise interrumpir lo que sea que estuviera jugando para ir al baño, así que cuando necesitaba ir, simplemente no lo hacía. Ir al baño era una absoluta pérdida de tiempo para mí.
Luego, cuando era un adulto joven, simplemente no me tomé el tiempo para solucionar mi problema. Ir al baño era lo último en mi lista. No escuchaba las necesidades de mi cuerpo y no le dedicaba tiempo en mis rutinas diarias.
Cuando tenía veintitantos años, comencé a sentirme peor, con molestias y calambres la mayor parte de los días. Y cuando tenía poco más de 30 años, sabía que no podría seguir sano por mucho tiempo si no lo arreglaba.
Entonces, es cuando sufrí el episodio de dolor agudo. Pensé en lo peor. Me imaginé despidiéndome de mi familia. Tan temprano, de manera tan inesperada.
Me sentí culpable y estúpido por no haber priorizado las necesidades de mi cuerpo por encima del trabajo y el deporte. Simplemente, lo había pospuesto, confiando en ser joven y con mucho tiempo por delante.
Por suerte, tras visitar a los médicos y realizarme muchas pruebas, no se encontró nada grave. Me diagnosticaron un episodio de diverticulitis sin perforación y tal vez IBS. Pero yo sabía que ese era simplemente un diagnóstico médico, pero que lo que yo sufrí no era una enfermedad como tal, sino un problema que había creado con mis malos hábitos, nada que hubiese heredado en mis genes.
Lo pasé fatal. Sabía que era hora de solucionar mi problema si quería tener una oportunidad.
Entendí que nada es más urgente que nosotros mismos, y que son nuestros hábitos diarios los que nos hacen sanos o enfermos.
Muchas de las enfermedades que nos diagnostican no son congénitas y pueden surgir por nuestros malos hábitos o por la falta de buenos. Como dijo Will Durant: “Somos lo que hacemos repetidamente”
Aprendí que la salud es holística, mucho más que únicamente nutrición y ejercicio. También importa cómo hacemos ejercicio o cómo comemos nuestros alimentos.
Es entonces cuando estudié sobre ello y decidí obtener la certificación como coach de salud para ayudar a más personas a adoptar este enfoque más amplio de la salud.
Como Coach de salud certificado por el IIN, apoyo a mis clientes en este enfoque holístico del bienestar.
Hoy, vivimos en un lugar tóxico, al que nuestros cuerpos aún no están adaptados. Siempre estamos ocupados y estresados. Nuestros sistemas mente-cuerpo funcionan correctamente cuando estamos tranquilos y relajados, porque así es como hemos vivido durante cientos de miles de años. El estrés hace que nuestros sistemas funcionen mal, lo que desencadena inflamación crónica, que es la causa fundamental de muchas dolencias potenciales.
Encontrar el camino hacia el bienestar integral requiere nuestra conciencia y reconocimiento de dónde estamos y qué nos importa cambiar.
Estar saludable es un viaje muy personal. Tienes que hacerlo tuyo, dependiendo de tus preferencias, no siguiendo el plan de otra persona.
Mi viaje es único y eso es lo que lo convierte en un viaje sin retorno. Recomendar a alguien que copie mi viaje probablemente no funcionaría.
Mi misión es ayudarte a encontrar tu propio camino en tu viaje hacia el bienestar integral. De esta manera se convertirá en un viaje sin retorno también para ti.
¿Estás listo para dar el primer paso hacia tu nueva vida?
¡Solo solicita una consulta inicial 100% gratuita, y prepárate para comenzar tu viaje sin retorno hacia la salud y el bienestar integral!
Fer Rodríguez